domingo, 20 de marzo de 2011

EL PODER INVISIBLE


Como recoge Cesáreo Rodríguez en su trabajo Norberto Bobbio y el futuro de la democracia una de las preocupaciones del filósofo y politólogo italiano es el espacio del poder invisible en la política actual. Para Bobbio, el poder invisible son esas decisiones políticas que rompen con “el ideal del autogobierno popular directo”. En otras palabras, aquellas decisiones de los políticos que rompen el vínculo de representatividad con los ciudadanos. Aquellos actos de los gobernantes que crean la reacción de desafección política en la gente.
Durante los últimos años, con la irrupción de las redes sociales como Twitter y Facebook, algunos expertos en comunicación política han coincidido en que la presencia de los políticos en el entorno 2.0 puede crear efectos de representación entre los ciudadanos y los propios políticos. Es la llamada política 2.0 en la que los políticos, con su presencia en las redes sociales, intentan explicarse delante de los ciudadanos de una manera más directa aprovechando la interacción natural que se produce en estos entornos.
Según Rodríguez, Bobbio se interroga sobre las transformaciones de la democracia y, en particular, sobre sus crecientes dificultades de adaptación al presente. En el contexto actual Bobbio dice que “la democracia consiste en ajustarse a reglas del juego político, pues el procedimiento es tan importante o más que los fines”. El profesor de la Facultad de Comunicación Blanquerna y experto en comunicación política, Toni Aira, lo expresa de otra manera en su libroLa comunicació política: “hoy por hoy, el cómo supera en importancia al qué” en la política actual. Para Aira, la comunicación de las ideas es más importante que las ideas en sí mismas.
Si damos por hecho que el “cómo” está por delante del “qué” en la política actual podemos deducir que la comunicación tiene un factor vital para la vida política. Así mismo, si damos por acertadas las palabras de Bobbio sobre la generación de la desafección política podemos llegar a la conclusión de que la comunicación clásica a través de los medios de comunicación tradicionales nos está llevando a una situación donde los ciudadanos cada vez se sienten más alejados de los políticos. Mi pregunta es muy clara: ¿Innovamos?
Si actualmente nos encontramos en una lenta cuesta abajo hacia la completa separación de ciudadano y político, estamos en tiempos de apostar por un nuevo tipo de político que innove en su forma de comunicar. La política 2.0 no es como una panacea que todo lo solucione por arte de magia pero para algunos ya es una alternativa. Uno de los ejemplos más claros es el del Ex-President del Parlament de Catalunya, Ernest Benach. A parte de ser uno de los políticos más activos en Internet (Benach es muy activo sobre todo en Twitter y gestiona dos blogs), en su libro #Política2.0 dice “las redes sociales en la política pretenden crear un puente de diálogo con los ciudadanos”. Justamente lo que la política necesita si asumimos el razonamiento de Bobbio. La vicepresidenta de la Asamblea de Madrid,Cristina Cifuentes, opina que “las redes sociales refuerzan la democracia” en su blog. Cifuentes, también muy activa en Twitter, matiza que “el 2.0 no sustituye al 1.0 sino que lo complementa”. Estamos delante de una oportunidad para que los políticos se acerquen a los ciudadanos, pero lo más importante no es estar o no estar en las redes sociales, sino hacer el uso debido de ellas. Cuentas que desaparecen justo después de las elecciones, una interacción incompleta con los ciudadanos, robots que actualizan automáticamente los perfiles de los políticos en las redes o la no aceptación de las críticas pueden crear justo el efecto contrario del que se busca en la política 2.0. Sobre los límites de los procesos 2.0 en la política reflexiona el experto en comunicación política, Albert Medrán, en su blog: “la red no es una gran ágora, sino un conjunto de habitaciones ideológicas en las que hay estrechos pasillos poco poblados para interaccionar”.
El universo del 2.0 también promete revolucionar otros ámbitos de la comunicación. Durante la reciente crisis de los controladores aéreos el experto en comunicación política Antoní Gutierrez-Rubí reflexionaba sobre la necesidad de cambiar la bidireccionalidad de las comunicaciones entre las empresas y los usuarios. Un artículo que fue publicado por El País y que comparte en su blog defiende que “concebir la información de manera centralizada pidiendo a los usuarios que llamen, visiten o vayan a tal o cual mostrador es garantizar el bloqueo de las comunicaciones, provocar un embudo que acaba desesperando a cualquiera y estimulando el traslado hacia aeropuertos cerrados” y ponía a la comunicación 2.0 como posible alternativa. Para Gutierrez-Rubí las empresas tendrían que haber utilizado la comunicación a través de los dispositivos de telefonía móvil para ponerse en contacto con los usuarios.
Un panorama nuevo está revolucionando el sistema de comunicaciones. La liebre corre muy deprisa. Los políticos no tienen que dejar escapar este tren para intentar acercarse un poco más a los ciudadanos luchando contra el poder invisible.

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